Conocer Marrakech y no sentir el alma de la Medina a través de cualquiera de sus Riad, hace que te vayas con una sensación a medias, uno se va con un vacío de la ciudad. Por ello, la primera vez que fuimos a Marrakech, dormimos en un Riad, la siguiente vez fuimos a un hotel de lujo, pero sentíamos que nos faltaba algo. Por ello, no quisimos perder la ocasión de conocer La Maison Arabe, un Riad muy especial y de gran lujo en la Medina que nos regaló una experiencia mágica en Marrakech.
Si bien es cierto que hay que reservar con muchísima antelación para poder disfrutar de cualquiera de sus habitaciones, el magnífico restaurante está abierto al público, ofreciendo la oportunidad de disfrutar de su terraza privada en el barrio de Bab Doukkala, a muy corta distancia de la famosa plaza Jemaa el Fna y del Guéliz, el centro comercial y de negocios de Marrakech.
La Maison Arabe tiene una rica historia, siendo un lugar creado por dos mujeres emprendedoras francesas en la década de 1940, convirtiéndose así, en el primer restaurante en la medina de Marrakech.
Desde su reapertura en el año 1998 como el primer Riad-Hotel de Marrakech, La Maison Arabe ha permanecido en manos de su dueño, Don Fabrizio Ruspoli di Poggio Suasa, un aristócrata francés-italiano, quién es además, no sólo responsable del hotel sino del concepto y decoración del mismo.
Este pequeño, acogedor y exclusivo hotel, ofrece además la opción comer en alguno de sus dos restaurantes, sin tener que estar alojados allí. Uno de éstos restaurantes sirve cocina exclusivamente marroquí, y está considerado entre los mejores de Marrakech. El otro, llamado “Les Trois Saveurs”, tiene un variado menú (marroquí e internacional).
Disfrutamos de una cena impresionante con vistas a sus piscinas y jardines privados que, unido al acompañamiento de música árabe-andaluza en vivo, el entorno, con luz tenue y un servicio excelente, se convirtió en mágico. Luego supimos que los tocadores del laúd y guitarra que allí mismo estaban, eran considerados como unos de los mejores compositores en el norte de África.
Pudimos conocer que el chef tiene una pasión por los mariscos, que llega fresco todos los días desde las ciudades costeras de Essaouira y Oualidia. Unido a que La Maison Arabe tiene su propia huerta orgánica de donde se toman algunas de las hierbas y productos utilizados en las cocinas del hotel, lo que hace aún más especial su exquisita cocina.
De acuerdo con su larga historia culinaria y su reputación como una de las mejores experiencias gastronómicas de Marrakech, La Maison Arabe no hizo más que sorprendernos, por su servicio, amabilidad, entorno, una sorprendente calidad en su selección de vinos de Marrakech y por supuesto, unos platos Marroquís como jamás habíamos probado. La Maison Arabe fue nuestra mejor experiencia gastronómica de Marruecos.
Más allá del maravilloso y exquisito restaurante, nos quedamos con muchas ganas de conocer sus dos grandes Hammams, sus salas de masajes y disfrutar de sus habitaciones y estancias por las que La Maison Arabe es considerado uno de los hoteles más bellos del mundo.
Increíble, se me hace agua la boca, del menú, del hotel, de imaginarme el ambiente, de inventarme su olor, de sentir su calor, oh no, me erizo, su arena en mis pies
Pero que bien se come en Marrakech!!!Sin duda la gastronomía es una de las experiencias más placenteras en Marruecos. Un saludo