Durante nuestro crucero por el caribe, hicimos una parada en el pequeño paraíso fiscal de las Islas Caimán; paraíso fiscal, pero también un tremendo paraíso en sus arrecifes a pie de costa, sus paradísiacas playas y su fuerte sol. A parte de playa, sol y cócteles, tuvimos la oportunidad de hacer snorkel en las Islas Caimán, en un verdadero acuario natural, un arrecife lleno de vida y color con una visibilidad increíble y también en un pecio cercano, un barco hundido que aunque estaba en bastante mal estado, daba un punto de color a los blancos fondos a pie de costa de la ciudad de George Town.
Como el puerto de George Town es muy pequeño y poco profundo, nuestro crucero MSC Opera fondeo en la bahía y tomamos unas lanchas hasta la costa. Desde allí fuimos al puerto turístico callejeando por la calle principal de George Town donde hay muchas casas de colores y un ambiente muy caribeño que ciertamente alegra bastante. Igualmente encontramos varias familias de gallos por la calle, que por lo visto aquí y en la playa, es algo común en las Islas Caimán.
Un barquito nos llevó hasta un área cercana a la costa que tiene el nombre de Eden Rock & Devil’s Grotto, lo que viene a ser -en castellano- la Roca del Edén y la Cueva del Diablo. Tras pocos minutos de travesía, ciertamente y desde el barco pudimos ver que sí, estábamos de verdad en el Edén, al menos el edén acuático porque parecía que estábamos flotando encima de una pecera.
No pudimos resistir ni un minuto más y nos lanzamos al agua, rodeados de color y todo tipo de peces, vida por todos lados. La profundidad era de unos 10 metros hasta la zona de arena pero de unos 2 metros en varios puntos del arrecife. No paramos de movernos de un lado a otro por el arrecife disfrutando de esos maravillosos fondos y del snorkel en su máxima expresión.
Desde aquí y de nuevo en el barco, aún con el «wow» en la boca, nos esperaba otra parada cercana, se trataba de un pecio, exactamente lo llamaban el «Cali», un naufragio que –para los que somos buceadores–, no representaba nada emocionante, pero para la gente que no bucea, hacer snorkel sobre los restos de un barco hundido es una experiencia inquietante. Como todos los pecios, los restos atraen vida submarina, así que pudimos encontrar multitud de peces y especies en el fondo, de unos 5 metros de profundidad más o menos, peces de todos los tamaños, multitud de esponjas marinas e incluso alguna pequeña pequeña y minúscula (tanto que ni la vi tras picarme) medusa, ya que me pico en la pierna nada mas entrar, fue como si me clavases unas agujas, pero bueno, nada que desluciese este maravilloso snorkel.
Debido al estado del naufragio, pregunté al señor que estaba manejando la embarcación, no se si le debo llamar el capitán o como se llama a alguien en este tipo de pequeñas embarcaciones de recreo, pero bueno, el amable señor que conducía el barco –para entendernos–.
Resulta que el Cali fue un carguero construido allá por el 1900 al que le colocaron un motor diesen en los años 20 justo antes de vendérselo a una empresa de Colombia. La estructura original del barco no había sido construida para tener un enorme y pesado motor diésel con lo que, durante años estuvo agrietándose sin que sus dueños se dieran cuenta, hasta que en la década de los 40, con una carga de unos 30.000 sacos de arroz, el casco del barco finalmente decidió decir «no puedo más» y se fracturó justo cuando estaba maniobrando a la entrada del puerto de George Town. El barco se partió en dos y se poso disperso por varios cientos de metros en el fondo junto a la costa.
En definitiva lo más excitante de la historia es que nosotros, buceamos sobre un barco de 116 años, algo realmente emocionante.
En realidad a este naufragio se puede llegar fácilmente nadando desde la costa, desde una pequeña playa que hay junto a un faro, donde posiblemente encuentres varios puestos de vendedores de pescado fresco. Desde la playa debes dirigirte junto al puerto, donde la profundidad no supera los 5 metros hasta unas pequeñas boyas blancas que marcan el lugar, es decir, aunque para bucear en el arrecife si necesitas que te lleven hasta allí, si no has contratado una excursión desde un crucero o simplemente estás de vacaciones en las Islas Caimán o George Town, a este pecio puedes llegar fácilmente.
Es increíble lo que se puede ver a veces sin bajar a mucha profundidad. De hecho cuanto más cerca de la superfície más luz y más de todo hay!
Y lo de bucear entre barcos hundidos es algo que tenemos pendiente, aunque eso sí en ese caso lo haremos bombona. Quizás cuando hagamos el curso de Advanced algún día (una de las opciones suele ser «wreck diving»). Qué ganas!
Saludos!
Un barco hundido a 20 metros con botella es … una gozada !!
Aunque el snorkel una vez que has probado el submarinismo te sabe a poco, hay lugares en los que merece la pena coger el tubito y las gafas y sumergirse unos metros
Un saludo,
Flavia
Totalmente de acuerdo !!, además hay tanto color a 5 metros !
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