Abadía de Tintern, Gales

Tan sólo tres décadas después del nacimiento de la orden cisterciense, fue a una pequeña comunidad de monjes cistercienses a quienes se les concedió la tierra en la que fue fundada la Abadía de Tintern en el año 1131. Inicialmente los monjes vivieron en casas de madera en las que oraban mientras un gran número de hermano laicos trabajaron hasta que tras unas pocas décadas, construyeron una modesta iglesia de piedra.

El rápido crecimiento de la comunidad, llevó a una expansión de los edificios monásticos durante la primera mitad del siglo XIII, momento de mayor gloria de Tintern, y cuya magnífica iglesia gótica iniciada en el año 1269 y concluída en 1301 aún domina este paisaje Galés.

En la Edad Media, y a pesar de la popularidad de la Abadía, sobre todo tras la visita del Rey Eduardo II en 1326, quién incluso pasó dos noches allí; los cistercienses abandonaron la Abadía de Tintern paulatinamente, debido al impacto de la Peste Negra entre los años 1348 y 1349 y posteriormente por los efectos del levantamiento de Gales entre los años 1400 y 1415. Aún así, los monjes que quedaron, continuaron con la vida monástica.

El final de la Abadía de Tintern llegó exactamente el día 3 de septiembre del año 1536, cuando, todo el complejo fue entregado a los visitantes del Rey Enrique VIII durante la primera ronda de la supresión de los monasterios. Momento en el que terminó la sencilla forma de vida que había reinado en Tintern durante 400 años.

Desde entonces, Tintern permaneció en el olvido hasta finales del siglo XVIII, cuando las ruinas fueron descubiertas por artistas románticos y poetas en busca de lo «pintoresco». El ferrocarril trajo aún más turistas desde el año 1876 en el que se completó la línea ferroviaria. Pero no fue hasta el año 1901, cuando el sitio fue rescatado y comprado por la Corona, ordenando durante años los escombros, alicatando los desperfectos y eliminando la romántica hiedra que cubría la Abadía hasta 1928, momento en el que quedó, tal y como hoy la podemos visitar.

QUÉ SE PUEDE VER EN LA ABADÍA DE TINTERN

Tan sólo hace 75 años que se eliminó toda la hiedra que cubría una de las abadías más importantes de Gales, dando paso al turismo moderno actual, a pesar de haber pasado casi 900 años desde su construcción inicial, la Abadía de Tintern conserva su romanticismo y su belleza arquitectónica.

La gran iglesia de la abadía gótica, tiene hoy un alfombrado en la hierba verde y un techo abierto al cielo, algo especialmente encantador. Aunque de gran parte de los edificios que componían la Abadía, tan sólo quedan los cimientos, es fácil imaginar la vida monástica medieval en Tintern.

Cerca de este lugar, en el año 1.568, se creó por primera vez el bronce, creado a partir de la aleación de Cobre y Zinc.

La fachada occidental de la iglesia es la parte conservada más famosa y elaborada de la abadía de Tintern, siendo además el mejor lugar para comenzar una visita autoguiada. Esta iglesia gótica fue construida entre finales del siglo XIII y principios de siglo XIV para reemplazar una estructura románica más simple de los primeros años del monasterio.

La nave central y en particular la sala central de la iglesia, fue diseñada como coro donde grandes muros dividen los pasillos laterales que llevan de lado a lado. Un gran muro decorado, el púlpito, cruzaba a lo ancho de la nave central, púlpito del que sólo quedan algunas piezas talladas en el suelo.

Donde la nave y el transepto se cruzan, era el lugar en el que los monjes asistían al coro. La parte norte y el transepto sur dan lugar a una capilla adicional. En el transepto norte se encuentra la escalera que lleva a las habitaciones de los monjes, proporcionando un paso interior a la iglesia para los servicios de las 2 de la madrugada. En el extremo este de la iglesia de la abadía está el presbiterio, donde se encontraba el altar y cuya ventana este sigue siendo impresionante, a pesar de su estado.

Justo al lado de la iglesia está el claustro, cuyos pasajes unían los edificios monásticos por tres lados. Aquí es donde los monjes pasaban la mayor parte del tiempo cuando no estaban en la oración en la iglesia. Los pasajes cubiertos proporcionaban además un espacio vital para la lectura, el estudio y la meditación, e incluso el lugar en el que se lavaba la ropa.

Junto al claustro y al lado del transepto norte se encuentra la sala capitular, donde los monjes se reunían cada día para escuchar lo que en los monasterios españoles conocemos como «la regla de San Benito», leer y gestionar la abadía. En el techo en la parte exterior del transepto norte se puede ver una línea que, en realidad muestra dónde estuvieron los dormitorios de los monjes en la planta superior.

A través de un pasillo de la sala capitular encontramos una sala abovedada, probablemente utilizada como sala de trabajo e incluso de dormitorio de los aprendices. Al oeste de esta sala hay una pequeña casa en la que se encuentra una de las pocas habitaciones con chimenea de todo el complejo.

Más adelante, al oeste es el refectorio, hay una bonita sala donde los monjes hacían su única comida vegetariana al día, justo al lado de la cocina en la que se preparaban las comidas, tanto para los monjes como para los hermanos laicos, el último de los cuales vivía en el ala oeste, hoy situado en la última zona antes de la carretera de entrada al recinto.

Al oeste y junto a la sala de trabajo de los monjes, está el claustro de enfermería, lugar en el que los monjes enfermos podían tomar el aire fresco y disfrutar del jardín central cerca de la sala de enfermería. La sala era grande, cómoda y caliente, en siglos posteriores se dividió en pequeñas habitaciones privadas.

Al lado encontramos la que fue la cocina de la enfermería, que probablemente también sirvió de cámara privada del hombre cercano del abad. Abad que tenía su propia capilla privada adjunta. La sala del abad se añadió en el siglo XIV, y era el lugar donde se recibían a los invitados más importantes.

LLEGAR HASTA AQUÍ

La mayor parte del complejo está preparado para personas con discapacidad (entrada gratuíta), de igual manera hay plazas especiales en el aparcamiento destinado a visitar la abadía.

Los tickets se compran en la misma tienda en la que se pueden encontrar otros objetos de la zona, libros, música, etc. El precio es de 5.50 libras por adulto y de 16.50 libras para familias completas.

Los horarios son de 9:30 a 6pm del 1 de Julio al 31 de Agosto y hasta las 5pm el resto del año.

Resulta agradable desde mi punto de vista saber que está prohibido fumar en todo el recinto y que el lugar permite la entrada a mascotas.

Para llegar aquí, basta con poner en el GPS el código postal NP16 6SE, aunque se encuentra en el pueblo de Tintern, perteneciente a Wye Valley, Gales. Para llegar hasta aquí, puedes hacerlo de cualquiera de las maneras:

• En coche: desde Cardiff M4, J23, M48, J2, A466. Desde Londres por la M4, J21 hasta la M48.
• En tren: La estación de Chepstow se encuentra a 7km, puedes llegar aquí en la ruta Cardiff – Chepstow/Gloucester.
• AutoBus: El autobús número 69 hace la ruta Chepstow – Monmouth y tiene una parada a tan sólo 300 metros de la abadía.
• Bicicleta: La ruta Regional 32 de bicicleta pasa junto por aquí.

Justo al lado hay un típico pub galés con una terraza estupenda para tomar una buena pinta de cerveza o sidra con vistas a la maravillosa e histórica Abadía de Tintern.